lunes, 15 de noviembre de 2010

Breve historia de la ciencia (parte 5). La expansión luego de la revolución.

El sXVIII trae la primera revolución industrial que hará de la ciencia un elemento mucho más destacado de lo que fue en anteriores siglos, es así que ciencia y producción industrial forman parte fundamental de la reestructuración política, espiritual, económica y educacional. En este contexto florecen grandes científicos como Cuvier, Buffon y Linneo, quienes influirán grandemente en la teoría evolutiva del próximo siglo. La medicina y las concepciones biológico-espirituales siguen diferenciándose lentamente y se comienza a intuir la importancia de la organización para la vida. La psiquiatría surge como nueva rama gracias en parte a los primeros conocimientos sobre el cerebro y sus funciones. La alquimia comienza a despojarse de sus aspectos místicos y astrológicos para constituirse en química con la teoría del flogisto y posteriormente su reemplazo por el concepto de combustión. También se descubren gran cantidad de elementos gracias a las nuevas técnicas usadas, entre esos elementos figuran el hidrógeno, el oxígeno, cloro, manganeso, etc., además de la composición molecular del agua, la proporción de gases atmosféricos y la determinación de las primeras relaciones estequiométrica.
Algunos de los más destacados químicos de esa época fueron Cavendish (descubrió la composición de la molécula de agua), Priestley (experimentó con el oxígeno y su importancia para plantas y animales), Mayow (formuló la teoría del flogisto), Ingenhousz (descubridor de la fotosíntesis), Lavoisier (genial químico que formuló la teoría de la combustión e impulsó la teoría de los elementos, nombró algunos de ellos, y formuló la nomenclatura química tradicional, entre otras cosas… desgraciadamente murió guillotinado por “brillantes” mentes políticas).
Otra disciplina científica que floreció entre los siglos XVI y XVIII y con nuevos criterios y aportes es la sistemática, fundamentalmente la botánica. Hasta aquí los mayores y mejores aportes venían desde siglos atrás con Aristóteles y Plinio y casi todas las especies descriptas y nombradas eran aquellas con alguna importancia para el hombre y clasificados según los sistemas considerados artificiales en virtud de ser categorizadas según sus utilidades o características arbitrarias; en contraposición a ellos las nuevas categorizaciones naturales respondían a las similitudes entre las especies, siendo en las plantas, aceptada la flor como carácter más importante. Gracias a Cisalpino (estudia la anatomía vegetal), Jungius (importante precursor de Linneo), Bahuin (funda los sistemas de clasificación naturales), Pitton de Tournefort (quien define nuevos taxones superiores a la familia y al género como importante en la jerarquía taxonómica), Camerarius (descubre que las plantas tienen órganos sexuales), Ray (botánico y zoológo, excluye los animales fantásticos incluídos desde siempre en los tratados de zoología)
Linneo, marca un antes y un después en la forma de categorizar los grupos de organismos, con su nueva forma de clasificación, el establecimiento del género como un nuevo taxón y su nomenclatura binaria abre las puertas para nuevas formas de comprender la naturaleza. Gran coleccionista y sistemático brillante publicó varias ediciones, cada vez más completa, de su “Sistema Naturae”, y publica también una obra póstuma de su amigo y zoólogo Artedi. En su clasificación considera a la flor y sus estructuras como base de su sistemática (criterio que se usa hasta la actualidad), tomando como fuente a Camerarius. Si bien la sistemática de los animales no resulta tan buena, completa y revolucionaria como la de las plantas contempla también en ella el concepto de género. Es importante resaltar que Linneo fue muy observador de cómo las especies cultivadas llegan a ser lo que son por obra del hombre, esta observación volverá a despertar a otro gran biólogo, Charles Darwin, 100 años después.
Su nueva forma de ver la naturaleza promovió el excursionismo y personas comunes se hicieron expertas identificadoras de vegetales, insectos, aves, etc.
Otro gigante de los mismos tiempos de Linneo fue el francés Buffon, quien con su Histoire Naturelle, obra en la cual plantea ideas sobre el origen de la vida que influirán en la próxima gran revolución de la ciencia, la teoría de la evolución darwiniana. Su obra literaria sobre distintos aspectos del mundo natural fue variada y extensa abarcando geología, astronomía, ornitología, entomología y muchas otras ramas, siendo acompañado por grandes científicos de la época, concentra en su obra esos conocimientos y logra darles un cuerpo coherente y completo que será la base de una nueva visión del mundo natural. Estructura una teoría sobre el origen del sistema solar, la Tierra y la Luna que, en muchos aspectos sigue siendo válida aún bajo los conocimientos actuales y estima una edad para la Tierra en base al calor interno de ésta, datándola en varias decenas de miles de años. Acepta la transformación de las especies a lo largo del tiempo pero no se define a favor ni de la generación espontánea ni del creacionismo. Gracias a estas ideas surgieron importantes hombres de ciencia posteriores, como Cuvier y Lamarck. No es arriesgado asegurar que sin Buffon la ciencia desde el siglo XIX, hasta la actualidad no hubiese florecido como lo ha hecho.
René Antoine Ferchault de Réaumur, Albrecht von Haller, Caspar Friedrich Wolf, entre varios otros, fueron sólo algunos de los más destacados hombres de ciencia del sXVIII que aportaron al avance en la fisiología, zoología, botánica, y otros campos de la ciencia. Mencionaré además a otros tres científicos de ese siglo y a sus trabajos experimentales por ser particularmente llamativos. Uno es Spallanzani, un gran científico experimental quien fue el primero en presentar pruebas contundentes en contra de la generación espontánea y haber realizado la primera fecundación artificial de un mamífero. El otro es Kólreuter, fisiólogo que estudió la fecundación en vegetales y realizó experimentos de cruzamiento muy similares a los de Mendel. Por último Sprengel, quien también experimentó con la fecundación de las plantas, observó las adaptaciones que las plantas desarrollan para ser polinizadas por los insectos, conocimiento que Charles Darwin rescató e integró a su teoría.
El sXVIII también fue bastante fecundo para la astronomía y alguno de sus exponentes fueron Bradley quien estudió la aberración de la luz y el pequeño bamboleo que sufre el eje terrestre y que influye en las observaciones astronómicas. Herschel descubrió el planeta Urano, hito que permitió expandir los límites del sistema solar; cartografió la bóveda celeste y teorizó brillantemente sobre la forma y tamaño del universo y nuestra ubicación en él, entre otras cosas. Lagrange y Laplace consideraron y calcularon los movimientos e interacciones planetarias y las influencias en sus órbitas a tal punto que con la obra de Laplace, “Tratado de la Mecánica Terrestre”, se considera que ¡se llega a la culminación de todo lo que se puede conocer sobre gravitación universal!, algo envidiable y sobrecogedor… Bode, quien descubrió una regla de las proporciones de las distancias de los planetas al Sol (sobre la cual he escrito el artículo “Por qué no somos los únicos” en este mismo blog). Algunos otros astrónomos fueron Henderson, Bessel, Fraunhofer, etc.
La astronomía de los siglos XVIII y XIX dan otro gran aporte al conocimiento humano de nuestra insignificancia en el universo, cuando gracias a los estudios de Doppler y Fizeau sobre la velocidad de la luz y las variaciones en la longitud de ondas debido al desplazamiento de los cuerpos que las emiten, se logran descubrimientos fabulosos sobre el movimiento de los cuerpos celestes y una conclusión no creíble para aquellos tiempos, pero sobre la que se presentarán pruebas irrefutables un siglo después… ¡el universo está expandiéndose!.
El sXVIII también contempló los grandes viajes de exploración en todo el planeta, con consecuentes avances en la cartografía y la geografía física y el estudio de las condiciones meteorológicas a nivel mundial que permitió el surgimiento de la meteorología. El estudio del magnetismo terrestre permitió explicar las auroras boreales.
La paleontología y la geología producen una revolución que en conjunto delinearon los fundamentos de la teoría evolutiva de Darwin-Wallace. Hutton, con su teoría de Tectónica de Placas, Buffon, del cual ya comentamos y Werner, quien establece una relación entre estratos geológicos, fósiles y edades geológicas y un cambio gradual de fósiles. Humboldt aporta conocimientos de exploración de todo el mundo y reinicia la fitogeografía.
Con los viajes de exploración del sXVIII se desarrolló la cartografía, los métodos de medición de las distancias terrestres, la meteorología y las mediciones y registros de vientos, precipitaciones, temperaturas estacionales, latitudinales y altitudinales, etc.
Cuvier, Lamarck, Hutton, Buffon, Warner y otros geólogos, biólogos y naturalistas en general transforman la forma de ver a la Tierra y la naturaleza desde eternamente inmutables a contínuamente variables, la evolución y los cambios pasan a ser los fenómenos fundamentales para comprender todo.
Los descubrimientos de fósiles y estratos geológicos reavivan una y otra vez las discusiones entre catastrofistas, lamarckistas, fijistas, creacionistas y evolucionistas y permiten comenzar a armar un cuerpo teórico coherente entre varias disciplinas. Todo comienza a encajar.
Las ideas de mutaciones heredables de investigadores como Félix de Azara y Hugo De Vries comienzan a bosquejar una solución al por qué de los cambios en los individuos, de hecho Cuvier y Darwin tuvieron en cuentas las ideas de Azara.
Jean-Baptiste Lamarck, sistemático fuertemente influído por Buffon, quien a pesar de ser un creacionista y abogar por la generación espontánea logró bosquejar una teoría evolutiva que le permitió realizar el primer esquema filogenético para aclarar cuáles eran las relaciones entre los grupos de organismos. Contempla la evolución regresiva y progresiva y la herencia de caracteres. Sin duda un aporte que sería muy beneficioso pero poco aprovechado y difundido fue su formulación de los mecanismos evolutivos, la teoría evolutiva lamarckiana, hasta que fue superada por la teoría darwiniana.
Cuvier, otro investigador francés excepcional, aunque arrogante. Marcó las bases para que la anatomía comparada floreciera y diera herramientas incomparables a la paleontología, la antropología y al entendimiento de la evolución biológica. Modificó la sistemática linneana en base a sus conocimientos de anatomía comparada y escribió un libro referido a las extinciones sucesivas y causadas por cataclismos, seguidas de refundaciones de las especies supervivientes, una visión de extinciones y creaciones sucesivas. Consideraba que los cuatro reinos reconocidos por ese entonces eran independientes entre sí y sin ancestros comunes, mientras que otro sabio de la época, Saint-Hilaire proponía lo contrario, por lo que todo esto dio mucha tela que cortar en años sucesivos, y resultó siendo un aporte importante para la ciencia del sXIX.
Finalizando el sXVII la Edad Moderna da lugar a la Contemporánea, y la ciencia tuvo un gran papel en ello. El Antiguo Régimen cae y las monarquías y la iglesia deben ocupar nuevos lugares, ya no tan privilegiados. El sXIX se caracterizó por los tiempos de la ciencia hecha tecnología como nunca antes se la pensó, lo cual dio lugar a la industrialización, la ingeniería aparece importantemente, las industrias impulsan el desarrollo de la química, la física mecánica e hidráulica, siendo la teoría atómico-molecular, la termodinámica, la teoría electromagnética algunos de los grandes avances sucedidos en el conocimiento científico. La infectología y la medicina en general resurgen vivamente (Pasteur y Koch son dos importantes investigadores de esta época), los ignorados trabajos de Mendel darán lugar más adelante, cuando sean redescubiertos, a la genética. En fin este siglo desborda con avances en muchas ramas de la ciencia que afectan grandemente a la sociedad completa, además de ser el científico lo más célebre y reverenciado, como un símbolo del conocimiento y el progreso humanos. Sin duda una hermosa época para los hombres de ciencia.

Bibliografía consultada
Parés, Ramón. 2004. Cartas a Nuria sobre la historia de la ciencia. Córdoba. España.

sábado, 2 de octubre de 2010

Breve historia de la ciencia (parte 4). La Gran Revolución Científica.

“La revolución científica del siglo XVII se origina cuando los estudiosos dejan deliberadamente de contemplar el mundo a través de los textos clásicos, y pasan a estudiarlo directamente a partir de los hechos.” Pares Ramón.

Una revolución que golpearía lo más hondo de nuestro antropocentrismo fueron las ideas heliocéntricas de Copérnico, Tycho Brahe, Kepler y Galileo.
Fueron las obras de Vesalio (“La Fábrica”. Un excelente tratado de anatomía) y de Copérnico (“De Revolutionibus”. Obra que teoriza y fundamenta el heliocentrismo en detrimento del geocentrismo) las que iniciaron los nuevos tiempos de la humanidad y la nueva ciencia, ambas por su carácter de independencia de la interpretación basada en obras anteriores y observaciones propias y reinterpretadas por cada autor, o sea, la base de cualquier investigación científica.
La ciencia como importante integrante de la cultura occidental se comienza a definir en el siglo XVI al comenzar la Revolución Científica representada en las obras ya nombradas de “La Fábrica” y “Revolutionbus” y su campo más fecundo no fueron las universidades sino las academias y el comienzo de las publicaciones científicas periódicas con requisitos de rigurosidad científica. La separación del arte, hacia el final del Renacimiento; el surgimiento de los grandes investigadores como Newton, Galileo, Kepler, Hooke, etc. y finalmente dos grandes filósofos como Bacon y Descartes con el empirismo y el racionalismo terminan cortando el cordón umbilical de la Ciencia con la Filososofía, y esta última se concreta y afirma como un saber aparte e independiente.
El microscopio y el telescopio son las herramientas fundamentales de enormes científicos como Leeuwenhoek y Galileo. Las distintas ramas de la ciencia florecían y producía obras y conocimientos profusamente, la astronomía avanzaba en descubrimientos y teorías como la formulada por Kepler, las matemáticas experimentaba avances no vistos desde la matemática euclidiana, como la matemática analítica y el álgebra, los logaritmos, el cálculo infinitesimal, etc. la óptica y la mecánica enriquecen la tecnología. La microbiología descubre, describe y teoriza sobre un mundo no imaginado y microscópico. Fueron todos estos avances y dos brillantes mentes, Galileo y Kepler, las que reubicaron una vez más al hombre en una nueva concepción del universo.
Bacon, Descartes, Gassendi y otros, en el siglo XVII, definen un método claro a seguir para la validación de los conocimientos científicos, con lo cual la ciencia define un método a seguir. En conjunto estos filósofos, además de hacer importantes aportes en física y matemática, impulsan el empirismo y el racionalismo y aportan como postulados básicos: no aceptar ideas a priori; simplificar los problemas en partes definidas y analizables independientemente; ordenar los pensamientos según las prioridades; diferenciaron al científico del artista, del filósofo y del artesano, influenciaron sobre todos los demás campos del conocimiento y el hacer humanos.
Los filósofos experimentales devenidos luego de esas grandes personalidades inventaron las revistas científicas periódicas, que en la actualidad son la principal fuente por la cual se dan a conocer los trabajos científicos en todo el mundo.
Surgen también en el sXVII multitud de nuevas ideas y descubrimientos, fundamentalmente biológicos desarrollados por muchos investigadores de múltiples academias, universidades y otras instituciones de ciencia. Algunos de estos grandes investigadores fueron Harvey, Vieussens y muchos otros.
El sXVII también vio nacer a la microbiología y la histología. Los descubrimientos microscópicos no generaron teorías nuevas pero sí una cantidad enorme de nuevas observaciones y replanteos de viejas teorías como la de la generación espontánea. Los principales microscopistas fueron Hooke, Leeuwenhoek, Malpighi, De Graaf y varios otros, todos ávidos de nuevos conocimientos y observaciones pero que no lograron deducir la omnipresencia de las células en los seres vivos. Algunos de los más destacados descubrimientos realizados por estos investigadores fueron: los capilares, los glóbulos rojos, la fecundación en animales, detalles histológicos de plantas y animales, etc.
Múltiples inventos se realizaron o perfeccionaron en esta época, como así también varios descubrimientos fueron hechos en ese siglo. Sin ellos el desarrollo de las sociedades no hubiera sido lo que es, algunos de esos inventos y descubrimientos fueron: la presión atmosférica y el barómetro, el microscopio, el telescopio, el termómetro, la balanza, el reloj, la naturaleza y comportamiento de los gases, la gravitación universal, el cálculo infinitesimal, la naturaleza de la luz; de hecho estos tres últimos aportes son fundamentales para el desarrollo de las teorías de la física del sXX.


Bibliografía consultada
Parés, Ramón. 2004. Cartas a Nuria sobre la historia de la ciencia. Córdoba. España.

domingo, 11 de abril de 2010

Breve historia de la ciencia (parte 3). Edad Media y Renacimiento.


Durante el comienzo de la Edad Media surgieron pensadores cristianos que influyeron mucho en los siguientes siglos estimulando ramas del pensamiento que eran totalmente desfavorables para el desarrollo de la ciencia, entre ellos San Jerónimo y San Agustín.
Durante esos oscuros y peligrosos tiempos para el pensamiento científico y racional hubo un surgimiento increíble del islamismo y su peculiar forma de ver al conocimiento como parte de la espiritualidad, gracias a esto los conocimientos atacados en la Europa cristiana lograron guarecerse en el mundo árabe. Las matemáticas, la astronomía, las artes, la química (la que surgió como ciencia experimental en esos momentos, la alquimia), la geografía, la medicina y otras disciplinas florecieron. Nombraremos algunos importantes “científicos” árabes de esa época (no necesariamente islamistas): Geber (alquimista notable), Razés, Avicena de Bucaram y Honain (importantes médicos), Al-Juwarizmi (importantísimo matemático, de cuyo nombre deriva algoritmo), Isaac (médico judío), Abd-al-Latif, Mohamed El-Damiri y El- Kasvini (quienes describieron muchos animales desconocidos para la época). En la astronomía Alpetragius formuló una teoría heliocéntrica que influyó sobre Copérnico. Averroes, el más eminente filósofo árabe superó a Aristóteles en varios aspectos y contempló al mundo como en contínua evolución, aunque posteriormente fue desterrado por causa de persecuciones religiosas.
Como podemos ver tanto personas creyentes como no creyentes de diferentes religiones han hecho aportes importantísimos a la humanidad, pero los creyentes más fervientes y más fieles a la fe que profesan, han sido los que más perjuicio han hecho en todos los tiempos y lugares en los que les han sido posible.
Durante el lapso en que la cultura árabe floreció fue el árabe el “idioma universal” a través del cual el conocimiento se transmitía y producía, un equivalente al griego en los tiempos anteriores y al latín en los tiempos porvenir.
Hacia el comienzo del fin de la Edad Media surgen despertares intelectuales, nutridos del conocimiento árabe, de los que participan hombres de religión, que mezclan doctrina con conocimiento científico. Es una etapa de resurgimiento del pensamiento clásico pero también surge la etapa más dura de la doctrina cristiana a través de la Inquisición. Los conocimientos comienzan a ser sistematizados a través de la escolástica y las primeras universidades, todas ellas religiosas; estas últimas impulsaron al conocimiento haciéndolo más accesible, sobre todo a las clases altas.
Se producen, traducen y resurgen obras importantes como las de Aristóteles, en su mayoría desgraciadamente cristianizadas. Algunos importantes pensadores fueron Grosseteste (reflota la física y matemática), Bacon (filósofo de la ciencia), Guillermo Ockham (filósofo de la ciencia experimental quien separa fe de razón), Levi Ben Gerson (astrónomo que sospecha de un posible heliocentrismo).
Durante el Renacimiento surgen dos corrientes mutuamente influyentes que darían origen al hombre moderno, por un lado el humanismo y por el otro la corriente científica precursora de la ciencia actual; ésta última logra sentar bases firmes en el método experimental. Es una maravillosa época donde las mismas personas eran artesanos, hombres de ciencia y artistas, como Leonardo Da Vinci, Alberto Durero y Andreas Vesalio.
En los tiempos siguientes resurge el interés por la investigación y conocimiento de la naturaleza produciéndose trabajos en zoología, botánica, anatomía, anatomía comparada y muchas otras disciplinas que resurgen o nacen en este período.

Bibliografía consultada
Parés, Ramón. 2004. Cartas a Nuria sobre la historia de la ciencia. Córdoba. España.

sábado, 30 de enero de 2010

Breve historia de la ciencia (parte 2). Grecia Antigua. La expansión y decadencia del pensamiento clásico.


Con la muerte de Aristóteles y Alejandro Magno, Atenas deja de ser la capital intelectual del mundo antiguo y es reemplazada por Alejandría, gracias al impulso que le dio la Biblioteca a esa legendaria ciudad y por los gobernantes de la dinastía Ptolemaica. Ligados a esta enorme institución se desarrollaron Euclides (quien funda la matemática euclidiana), Aristarco de Samos (quien sostuvo que es la Tierra la que gira alrededor del Sol y estableció una forma correcta de medir la distancia entre nuestro planeta y el astro rey), Herófilo de Calcedonia y Erasístrato (brillantes anatomistas), Galeno (excelente fisiólogo y anatomista), Hipatia (importante astrónoma y matemática).

Desgraciadamente esta esplendorosa época de grandeza intelectual termina con el incendio y saqueo de la biblioteca por parte de cristianos fanáticos y seguidores del arzobispo Cirilo, quien además mandó a matar a Hipatia, quien fue descuartizada y sus obras, entra las de tantos grandes pensadores, matemáticos, filósofos… fueron destruídas en aquella impresionante demostración de ignorancia, estupidez y atraso humano que multitud de veces demostraron una y otra vez las religiones y las masas de seguidores ciegos de fe que ellas agrupan y adoctrinan.

Otros estudiosos y pensadores que merecen mención por sus aportes a conocimientos que trascendieron los siglos fueron Dioscórides de Anazarba, que en base a su descripción de plantas medicinales parte la nomenclatura botánica moderna. Gracias a los comentarios de Lucrecio, el atomismo de Demócrito y Leucipo logra sobrevivir veinte siglos, hasta el sXIX, los tiempos de Dalton, por lo cual es posible que éste se apoyara en esa concepción de la materia para formular la primera teoría atómica.

Con el incendio y saqueo de la legendaria biblioteca de Alejandría por parte de hordas de ignorantes termina el, en mi opinión, más asombroso momento del pensamiento humano, el nacimiento y florecimiento de tantas formas diferentes de pensamiento no se ha vuelto a dar desde esos tiempos, donde el pensamiento era placer, era crecer como humano, era descubrir y “pisar” terrenos intelectuales inexplorados.

Es sorprendente cómo un puñado de hombres pudieron sin más que sus mentes pensantes, lograr una revolución épica del conocimiento, del pensamiento y de la ciencia que impulsó a más de dos mil años de humanidad y salvarla de la oscuridad más absoluta y subyugante de fe ciega. Fueron la piedra fundacional de nuestro mundo y la comprobación cabal que son las ideas, el pensamiento y los conocimientos los que crean las verdaderas y perdurables revoluciones en la humanidad. Con ellos también se comprueba que sólo gracias a las pocas personas, apasionadas por conocer y pensar, es que el resto de la humanidad ha podido progresar, de lo contrario difícilmente ese resto hubiera podido, alguna vez, bajar de los árboles y aventurarse sin los épicos pasos de esos locos visionarios.


Bibliografía consultada

Parés, Ramón. 2004. Cartas a Nuria sobre la historia de la ciencia. Córdoba. España.

lunes, 25 de enero de 2010

El Cardenal (Paroaria coronata- Aves. Emberizidae)

El cardenal copete colorado, o simplemente cardenal el una de las casi mil especies de aves de la Argentina, pero sin lugar a dudas la más conocida como mascota. Hermosa ave, sin dimorfismo sexual, es decir que macho y hembra no son diferentes, pero en su estadío juvenil su cresta, tan distintiva, es de color marrón. Suelen andar en parejas o grupos muy pequeños de no más de 4 y a veces forman bandadas mixtas con otras aves, generalmente icteridos gregarios como los varilleros y tordos.
De habitats subtropicales o tropicales se adapta muy bien a los ambientes degradados como los ganaderos.
De alimentación omnívora, entre lo que prefiere frutos, semillas e insectos de montes y bosques, es raro verlo en ambientes palustres.
Desgraciadamente es muy perseguida por la caza con tramperas y comercializada como mascotas.
Información más completa se detalla en http://paroariacoronata.blogspot.com/

viernes, 22 de enero de 2010

Breve historia de la ciencia (parte 1). Grecia Antigua. Los pioneros.

Tales de Mileto fue el más destacado pensador de la escuela de Mileto (antigua Grecia). Los integrantes de esta escuela fueron humanistas, hombre de ciencia y ateos (aunque no en sentido estricto)

Los integrantes de esta escuela excluyen por completo la necesidad de un dios creador y mantenedor. Las cosas existen por sí mismas y actúan con sus propiedades inmanentes. La intencionalidad es un resultado de una concepción humana y productos de esa intencionalidad surgen la moral y la religión.

De estos pensadores surgieron las primeras ideas sobre la evolución y la termodinámica.

Anaximandro decía que los organismos cambiaban con el tiempo y que toda la vida surgió en el agua. Los sabios milesianos también sostenían que existía una propiedad que mantenía vivos a los organismos gracias a que evitaba la natural desorganización a lo que todo tendía, idea básica de la termodinámica.

Este genial grupo de locos, porque eso eran si definimos a la locura como una concepción distinta a la realidad aceptada para un determinado momento, fueron también los primeros materialistas en el sentido verdadero de la palabra, puesto que le dieron sentido a las cosas a través de la explicación de cómo estaba constituída la materia que las formaba dándole su existencia y sus propiedades. Básicamente todo estaba formado por cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego, y las mezclas de ellos daban como resultado el frío, el calor, lo húmedo e infinidad de otros fenómenos, inclusive la vida, todo ello sin depender de un ser inmaterial. Posteriormente la idea de materialismo y el término materialista fue retorcido y tergiversado hasta convertirlo casi en un insulto, para diferenciar a los puros de espíritu de los interesados sólo en los bienes materiales, truncos de corazón y de espíritu, desde luego nada más lejos y mentiroso. El espíritu humano, el pensamiento y el desinterés por las riquezas que pudieran ganar con sus ideas en un verdadero materialista sobrepasa por mucho esa concepción malintencionada (eran pensadores y estudiosos de la naturaleza, no empresarios ni sacerdotes).

Otro grupo excepcional de pensadores y estudiosos fueron los pitagóricos quienes creían que la realidad de las cosas se descubrirían a través de la razón pura, por eso ellos desarrollaron magníficamente las matemáticas para lograr comprender el mundo.

Entre milesianos y pitagóricos existió una contraposición de concepciones; disociando, los primeros, racionalismo y empirismo y dando origen, los segundos, al método experimental.

El materialismo extremo más refinado lo desarrollaron Leucipo y Demócrito con la idea de que todo, excepto el vacío, está compuesto de una gran diversidad de tipos de átomos, todos ellos indivisibles, invisibles a nuestros ojos e indestructibles, no dirigidos más que por el azar… ¡¡¡sorprendente idea si pensamos que son estos los postulados básicos de las teorías atómica y cuántica actuales!!!

Hipócrates, otro gran pensador griego, era en la práctica un racionalista, observador y experimentador, que logró encontrar orígenes naturales a las mismas enfermedades a las que se les acusaba un origen divino.

La teoría de las ideas ha tenido una gran repercusión en el desarrollo del pensamiento científico en general y particularmente en el campo de las ciencias experimentales clásicas; por ejemplo, Platón afirmaba que las cosas, del modo en que se perciben a través de los sentidos, están en un fluir permanente y no representan más que sombras de la realidad. Una idea platónica más acabada que pasa hasta Galeno y evoluciona en él, y siglos más recientemente en Fernel (el padre de la fisiología), esboza al cerebro como receptor y fuente de estímulos nerviosos que van y vuelven entre los órganos sensoriales y músculos hasta el cerebro, con una única gran diferencia, que era el alma quien estaba situada en el cerebro y los espíritus quienes llevaban la información a uno y otro lado. Esto en sí supone una cuestión básica de cómo percibimos el mundo y su realidad y cómo podemos analizarlos.

La idea de la abstracción para el estudio de los objetos y fenómenos también provienen de Platón y Aristóteles, de hecho el objetivo último de la investigación científica es lograr hallar un modelo abstracto explicatorio.

Aristóteles, ha sido, además de uno de los filósofos más importantes para la ciencia y el pensamiento de occidente, un estudioso de la biología que no fue igualado hasta el sXVIII con la nomenclatura y la taxonomía de Linneo. Si bien era un fijista y no apoyaba las ideas de cambio, sostenidas por Anaximandro y Empédocles, Aristóteles ya había visualizado una escala natural que iba desde las formas inanimadas pasando por las formas de vida más simples hasta las más complejas, que, en este orden: “ materia inanimada, plantas inferiores, esponjas, medusas, ascidias, insectos y moluscos, crustáceo, pulpos y calamares, reptiles y peces, aves, ballenas y delfines mamíferos y el hombre” (Parés, 2004) como se puede notar, esta clasificación es sorprendentemente similar al orden que actualmente asignamos a los organismos, y es en sí una de las bases y pruebas de la teoría de la evolución. También era un gran observador del mundo natural y aplicaba la comparación, básicamente resumía los pilares de la ciencia en general y de la biología en particular.

Con Aristóteles culmina la etapa más fructífera y espléndida del pensamiento griego respecto de la ciencia y la filosofía.




Bibliografía

Parés, Ramón. 2004. Cartas a Nuria sobre la historia de la ciencia. Córdoba. España.